Conducción del pueblo mediante la seducción. El demagogo
dirige al pueblo convertido en populacho e incluso procura convertirlo en
tal. Como forma política es la dominación tiránica de la plebe. En la
doctrina clásica resulta de la degeneración de la democracia debida a la
labor de los demagogos. La política d. puede realizarse de dos maneras:
la más común mediante el engaño, el halago y la perversión. Método común
es la sistemática explotación de las pasiones, sobre todo la de la envidia
que es la correspondiente al principio democrático de la igualdad. Todo
régimen tiende a ser democrático, aun cuando sean posibles diversos tipos
de gobierno. La antítesis se presenta ahora, más que entre democracia
auténtica y pseudodemocracia, entre tiranía (v.), y cualquier otro régimen
que proceda del pueblo y sea para el pueblo y con el pueblo.
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