El mal de este mundo no se percibe suficientemente sino
cuando se lo exagera. En lo Absoluto no hay exageraciones.; y tampoco
en el Arte, que es la búsqueda del Absoluto. El artista que no
considera más que al objecto mismo, no lo ve. Y lo mismo
le ocurre al moralista, al filósofo y hasta al historiador.
Quizás a este último especialmente. Para decir algo de valor, tanto
como para dar la impresión de la Belleza, es indispensable la
exageración aparente, o sea, llevar la vista más allá del
objeto; así se llega a la misma exactitud, sin exageración real
ninguna, lo que puede ser demostrado por los Profetas, todos
ellos acusados de exageración.
(11/9/1912) León Bloy.
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